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Educador, lingüista, escritor, estudiante de antropología y mentor de jóvenes
17 de noviembre, 2022
Fiestas en casa de amigos. Este encuentro jovial, distendido y profundamente inspirador. Estoy seguro de que tú y yo hemos estado en uno de esos aquelarres de brujas.
Gal Costa, una de las grandes voces de la música brasileña, nació en una de esas fiestas, cuando entre tragos y cigarros, su alma se cruzó con la de Caetano Veloso en Bahía en los años 60. Este encuentro ocurrió en 1963, en un efervescente momento de la historia brasileña. Brasil vivía la esperanza de un gobierno progresista cuando se produjo un golpe militar al año siguiente. Gal Costa, Caetano Veloso, Gilberto Gil y Maria Bethânia, el inseparable cuarteto que luego se convertiría en 'Os Doces Bárbaros', se formó junto a un amplio frente del sector artístico contra las torturas, detenciones, persecuciones, asesinatos que representaba el régimen.
Caetano, al explicar su amor y conexión trascendental con Maria da Graça, relata que los dos, entre Os Doces Bárbaros, eran los más 'João-Gilbertianos' entre los compañeros. Así, esta identificación se explica a través de esta afinidad musical y estilística. La voz de Gal, que según Caetano fue la más grande cantante de Brasil, es una de las más emblemáticas no únicamente de la historia nacional sino mundial. El día de su muerte, el diario estadounidense 'The New York Times' recuerda que la cantante recibió una ovación de pie en su primera actuación en Nueva York, en 1985, un año después del final de la dictadura.
Dueña de una afinación divina y de unos registros únicos, su técnica impecable le permitió además ser una cantante con un repertorio ecléctico y variado, fluctuando entre el forró y el jazz, entre la bossa nova y el rock, entre la samba y la música protesta, con total naturalidad.
“Además de la excelencia vocal, también fue una intérprete que logró transmitir verdad en canciones tanto sencillas como de raíz, así como vanguardistas y sofisticadas en la misma intensidad”, recuerda el crítico musical Rodrigo Faour.
Esta combinación de vigorosa técnica y amplio repertorio fue también uno de los símbolos de una generación que denunció la violencia cometida por la dictadura militar. Aunque no habló mucho en los últimos años de su carrera, Gal siempre estuvo al lado de la lucha contra la represión.
Este legado de lucha la llevó a romper estos años de neutralidad para declarar su voto en el frente amplio y democrático, integrado por diversos sectores políticos, sociales, intelectuales y artísticos del país, para declarar su voto por Lula, actual presidente electo y figura central de este movimiento.
La dictadura militar fue un período asombroso en la historia de Brasil, y los artistas estuvieron entre los grupos que sufrieron más persecución por parte del régimen. Se necesitó mucha flexibilidad para escribir canciones que sortearan la censura. Tal sofisticación de las palabras tuvo en Caetano y Gil a uno de sus máximos representantes. Mientras los amigos estaban entre los compositores más importantes del Movimiento Tropicalista, Gal fue una de las voces más alegóricas. Sin embargo, aun con tal capacidad poética que hizo que Caetano y Gil escaparan varias veces de la censura, ello no impidió que los compañeros hicieran decretar sus detenciones en 1969. Un pasaje absurdo y muy cómico del documento que decreta la detención dice que Caetano producía música 'subversiva y desvirilizante'. Recién en 1971 los dos bahianos pudieron regresar a tierras brasileñas, volviendo a componer temas que quedaron inmortalizados en la voz de Gal.
El crítico musical y docente de la PUC-Rio, Arthur Dapieve, recuerda la singularidad de la voz del artista y también su importancia en el escenario político, cultural y social. "La voz de Gal era única en MPB, porque ni siquiera parecía respirar con una habilidad increíble. No se puede saber dónde está respirando en la música, es un desafío para cada cantante. Lo hizo con extrema ligereza, fluidez y con afinación perfecta. ¡Y todavía tenía buen gusto en su repertorio! También estaba el lado conductual de desafiar las convenciones sociales, tomar una posición política contra la dictadura. La personalidad de Gal Costa en su conjunto es algo extraordinario".
Maria da Graça Penna Burgos Costa fue un caso excepcional en la historia de Brasil. Su potente voz sigue marcando generaciones desde los años 60 hasta hoy, cuando los jóvenes rescatan sus canciones e interpretaciones de las primeras décadas de su carrera y toman contacto con su reciente producción, dedicada a diversos experimentos tecnológicos y alianzas con artistas actuales, como Marília. Mendonça, Jorge Drexler, Rubel, Baco Exú do Blues, Criolo, entre otros. Los jóvenes también apuestan por la transformación social, a los que pasan con elogios por su portaestandarte.
Entre sus grandes enseñanzas en estas más de 50 décadas que la artista nos ha brindado con su arte, quizás lo que más se destaca es que es necesario cantar, y nunca parar, porque no tenemos tiempo para temer a la muerte. Gal fue un guacamayo, o mejor dicho una ararinha-azul, que aunque perseguido por la violencia de los hombres, nos ofreció durante su vida con su canto y su capacidad de reproducción, porque como buena arara, sabía que un pájaro que deja de cantar es el uno que está muerto.